RESEÑA DE COTIDIANOS POR ALENA COLLAR
Si no fuera porque el mundo es tan extraño, podríamos pensar que la sucesión de los días de las personas vulgares y corrientes es una línea continua sin más sombras y luces que las de “todo el mundo”.
Asunto que viene a demostrar Luís Vea que no se ajusta en absoluto a la realidad.
Luís Vea García, periodista (y digo periodista con todas las letras, porque por mucho que moleste a algunos Luís es licenciado en Ciencias de la Información, cosa que muchos que pasan por serlo no han visto en su vida, digo, la Facultad), nacido en Barcelona, poeta, autor de un blog no solo visitable sino leíble y legible, lo cual para los tiempos que corren ya es casi un milagro, ha escrito un libro que, bajo el titulo de Cotidianos, narra a través de las vidas teóricamente vulgares de una serie de personajes, la delgada línea fronteriza que va de lo vulgar a lo insólito. De donde se deduce, o se debería deducir, que no es que sus personajes se distingan por una luz especial, sino que es que la vida, a menudo es bastante inusitada, insólita, sorprendente y nada vulgar.
Ha dividido sus relatos el autor en varios apartados narrativos,, quizá por escoger en cada uno de ellos los escritos mas representativos, pero a mi modo de ver, no hacía falta; los relatos de Vea García son un modelo de narración clara, de acompañamiento al lector para que éste transite por el texto sin tener que decir eso de ” qué inteligente, no entiendo nada”, que nos pasa con muchos escritos que presumen de ser el no va más de la modernidad.
Luís Vea nos cuenta la vida gris de personajes grises atrapados en un mundo extraño, en donde las cosas no son como parecen, en donde la realidad no es exactamente tranquilizadora, en donde la vulgaridad tiene dos caras de una moneda que nunca terminamos por saber si va a caer de canto o de cruz.
Utiliza Vea García un lenguaje sencillo, y a la vez de frase amplia, elaborada, cuidada, en la que los adjetivos no son adorno sino epítetos del mundo narrado, de las acciones, de los hechos; además el dibujo al que somete los ambientes que describe, propios de un costumbrismo urbano latente, llegan a insertar al lector en la trama haciéndole creer que forma parte de ella.
Cotidianos es un muy buen libro; está pleno de ironía, de nostalgia, de dureza en muchos casos (por ejemplo en el relato “hombres”) pero también de una exquisita ternura; basta leer “la hija del feriante”, “levando anclas” o “banda sonora para una película” uno de los mejores y más límpidos relatos.
Cerrar el libro no supone dejar de pensarlo; y esto, tan difícil hoy, lo ha conseguido Luís Vea sin necesidad de padrinos, de marketing ni de cifra de ventas en listas para (aquí sí) personajes vulgares. Solo- ya es difícil- escribiendo bien.
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